Un hombre no es pobre por no tener nada, sino por carecer de trabajo.
El que trabaja, aunque nada posea, es tan rico o más que quien sin trabajar tenga una
renta de un centenar de escudos. El que nada tiene, pero sabe un oficio, no es
más pobre que el dueño de una tierra, que él ha de labrar para poder vivir. El
artesano que deja su arte por toda herencia a sus hijos, les deja un caudal
multiplicando por el número de ellos. No le sucede lo mismo al que les deja unas
fanegas de tierra, pues se han de dividir en ves de multiplicarse por el número de
Hijos.
Charles Louis de Secondat